Actualmente, la industria de la edificación es responsable de emitir a la atmósfera el 39% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). De este 39%, el 25% corresponde a la manufactura de los materiales empleados, a su transporte y a la construcción de los edificios, mientras que el otro 75% son de tipo operacional, correspondiendo a la energía que empleamos en climatizarlos y mantenerlos durante toda su vida útil.
Estas cifras representan uno de los mayores retos a afrontar en el mundo y por ello los gobiernos han comenzado a legislar para reducirlas. Las principales acciones emprendidas están enfocadas a reducir las emisiones de tipo operacional, consiguiendo que los edificios sean cada vez más eficientes hasta que podamos llegar al consumo casi nulo; por esta razón, cada vez tiene mayor importancia la procedencia y manufactura de los materiales con los que se construye.
Para conocer la energía gastada en la construcción y los GEI emitidos, contamos con herramientas como el Análisis del Ciclo de Vida (ACV), que nos permite comparar edificios de prestaciones muy similares y saber cuáles son más sostenibles.
Lo que nos dice el ACV es que, en la mayoría de los casos, se consume menos energía y se emiten menos GEI cuando se construye con madera, que cuando se construye con hormigón o acero. Y esto es así por varias razones:
- Los árboles captan CO2 mientras crecen, por lo que constituyen contenedores de carbono.
- La maquinaria que se emplea para el procesado de la madera, consume mucha menos energía que la necesaria para producir hormigón o acero.
- Aun teniendo que transportar la madera de zonas boscosas muy alejadas, las emisiones de CO2 siguen siendo menores que las producidas en la elaboración de hormigón y acero de proximidad.
Por otro lado, se puede pensar que el uso de la madera es cuestionable teniendo en cuenta el problema actual de deforestación. Sin embargo, se ha demostrado que la gestión sostenible de los bosques contribuye al incremento y mejora de los mismos favoreciendo la reforestación. Por eso, la extracción y comercialización de la madera debe hacerse siempre de forma controlada, garantizando que los bosques se gestionan de forma responsable, estableciendo un equilibrio estudiado entre plantación y tala.
Con el fin de garantizar que la gestión de los bosques se realiza siguiendo normas y estándares establecidos y reconocidos por la mayoría de los países desarrollados, contamos con normativas y organizaciones como PEFC y FSC que certifican productos forestales obtenidos con altos estándares sociales, éticos y ecológicos.
Lejos de lo que la mayoría pueda pensar, la construcción con madera no se limita a pequeñas viviendas unifamiliares. Actualmente ya disponemos de tecnología avanzada para construir edificios en altura con madera laminada y cada vez son más numerosos los ejemplos que encontramos en todo el mundo.
Los motivos para usar madera pueden ser innumerables, facilidad de trabajo, limpieza, ligereza, calidez, durabilidad, múltiples posibilidades de acabados y usos… Pero al margen de la preferencia que se tenga por uno u otro material, la madera se presenta como uno de los materiales medioambientalmente más responsable y sostenible del planeta, por lo que su uso en construcción será una parte importante de la solución al problema de la huella de carbono.
_Imágenes del Edificio Mjøstårnet en Noruega, de Voll Arkitekter AS. Torre más alta en el año 2019 construida con estructura de madera _